Alexa
Después de todo lo que había pasado, me preocupaban mis hijos, y ahora, con esta propuesta tan inesperada de Roxy, no sabía qué contestar. Pero, obviamente, Roxy entiende mis dudas, así que no vuelve a insistir, aunque sé perfectamente que le tengo que dar una respuesta. Cuando llego a casa y abro la puerta, mi boca literalmente va al suelo, pues mis hijos están tan entretenidos jugando videojuegos, peleando con Tommy, que odia jugar, y riendo a carcajadas. Yo volteo a ver a Roxy y me guiña un ojo, así que con eso me está diciendo todo. Sé que fue él quien organizó esto. Me toma de la cintura y me pega a su cuerpo, besa mi hombro y susurra:
—Le pedí a Tommy que jugara la partida por mí y él se llevaría el viaje, así que prometió ganar, y por las caras de tus hijos veo que lo ha hecho.
Yo sonrío y niego. Me volteo hacia él y lo abrazo por el cuello, le doy un pequeño beso en sus labios y suspiro.
—Dios, ¿qué haría sin ti? Gracias, no sabes lo importante que es esto para mí.
Él me