Alexa
Por fin habíamos aterrizado en Cancún. Sí, increíble, pero me sentía agotada. Quería creer que había sido por lo tarde que nos dormimos anoche, el cardio tan delicioso que hice, o simplemente por que me hacía falta descansar. Pero mi sorpresa fue aún más grande, pues cuando por fin todos llegamos al hotel y tratamos de registrarnos, había un error en la reserva: faltaba nuestra habitación. Juro que no lo podía creer. Quería matar a Tommy. ¿Cómo era posible que todas las reservas estuvieran correctas excepto la nuestra? Me acerqué a Tommy, lo tomé del brazo, lo alejé de todas las personas y le sonreí con los dientes muy apretados. Le dije:
—¿Me quieres decir qué está sucediendo, Tommy? No estoy en mi mejor momento, me siento fatal, estoy agotada. Necesito un baño, aquí hace un calor horrible y tú me estás diciendo que mi reserva simplemente no está. Hubo un error, no tengo habitación, así de simple.
Él se encoge de hombros y me sonríe.
—Nena, relájate. Espera un momento, voy a h