Xana nunca había interactuado con tantas mujeres a lo largo de su vida como para saber cómo tratarlas. La mayoría de las personas con las que había compartido habían sido hombres y su maestro. La mujer más cercana a ella había sido Aurora, su hermana y su relación dejaba mucho que desear.
Por lo que mientras ellas hablaban y escogían las telas y prendas ella solo las miraba y respondía de forma escueta, con el cuerpo mortalmente tenso.
-Deberías relajarte, no vamos a hacerte nada- una de ellas dijo.
-Es que vestir a la mate del alfa, que emocionante, pensar que por fin alguien lo logro- dijo la otra con una sonrisa.
-Aunque todos pensaban que sería Lilya, después de todo es la que siempre ha estado al lado del alfa, incluso ha estado con él algunas vec…- se cubrió la boca al darse cuenta que se le había salido, y miró de reojo a Xana encontrando que esta parecía no verse afectada por esto- Lo siento.
Xana negó con la cabeza.
-Soy la mate del alfa, pero lo que haya hecho con su vida es