Xana no sabía por qué White la tenía esperando tan temprano. Apenas si había salido el sol y sus cachorros no había ni despertado. Ambos estaban en la terraza delantera de la casa sintiendo el frescor de la mañana sobre su piel.
Ella se pegó más contra el alfa a pesar que él la había cubierto por una manta de piel anteriormente. Sin embargo, nada se compraba con el calor corporal de él.
-¿Qué estamos haciendo aquí?- bostezó restregando su cabeza con el brazo de él.
-Lo sabrás dentro de poco, ya está llegando- le respondió él con una sonrisa.
Y Xana lo miró para después notar por el rabillo del ojo como un grupo de lobos encabezado por el beta se acercaba a ellos. El que caminaba a su lado… a pesar de estar en su forma animal… Xana reconoció el color de su pelaje.
-¿Es Ciliam?- preguntó impresionada.
White asintió.
-Si cariño, vino para dos cosas, primero para conocer a los cachorros y segundo… necesitamos patas extras para salvar Ans.
Los ojos de Xana se abrieron y brillaron. No sabía