White miró como Xana olía otras plantas más interesada de lo que imaginó y sería genial que ella pudiera resolver algunos problemas de la manada, pero si había algo que sabía era que debía ser precavido dada su posición.
-¿Puedes hacer algunos remedios para los miembros de la manada?- vio como ella giraba su rostro por encima del hombro- Yo los probaré primero.
Xana alzó una ceja.
-¿No tienes miedo que te envenene en el proceso?- ambos se quedaron mirando por unos segundos.
-No lo harías. No eres así.
Xana pestañeó para después levantarse lentamente y sacudir sus rodillas.
-No me conoces lo suficiente para decir eso- y comenzó a caminar.
Ella tenía razón. El alfa no la conocía. Si realmente contaba el tiempo que habían estado juntos era realmente mínimo. Ambos apenas sabían del otro, aun si eran compañeros y hasta tenían cachorros en común. White rio un suspiro y se corrió el cabello del rostro hacia atrás.
-¿A dónde vas?
Xana se detuvo. Ella tampoco sabía, pero lo disimuló.
-Esperaba