Capítulo 11

Ciro regresó, con el ceño fruncido y Andy caminando a su lado, todavía agitada por la persecución fallida. Sus mejillas estaban rojas por el esfuerzo, el cabello castaño suelto alborotado, y los puños apretados como si aún esperara tener al ladrón enfrente para golpearlo.

En cuanto llegaron, Ciro se detuvo en seco al ver a Silas de pie junto a Nora de forma protectora. Frunció aún más el ceño, como si algo en la escena no terminara de entenderla.

—¿Quién es este? —preguntó Andy, directa, con la voz dura y la mirada clavada en el hombre elegante de traje negro que sostenía aún el abrigo de Nora como si le perteneciera.

Silas no respondió. Solo ladeó el rostro, observando a Andy sin una pizca de incomodidad, como si evaluara su tono, su postura, su papel en todo eso... y decidiera que no era relevante.

Nora, en cambio, se adelantó a tientas, localizó a Andy por el sonido de su voz y su respiración agitada, y la abrazó con fuerza. Un sollozo se escapó de sus labios al sentirl