10. No creo que este para un mocca
Capítulo 10
Nora caminaba al ritmo de Andy, quien la llevaba de la mano con firmeza, guiándola por los pasillos del centro comercial. El lugar estaba más concurrido de lo que esperaba, con risas, música suave de fondo y el murmullo constante de compradores felices. A pesar de no poder ver, Nora sentía cada detalle a través del ambiente: el aroma a pan recién horneado de la cafetería cercana, el aire acondicionado que contrastaba con el calor del exterior, y los pasos apresurados de los demás visitantes.
Vestía una blusa azul celeste con un pantalón blanco que hacía juego con sus zapatillas. Se sentía bien consigo misma, segura a pesar de todo. Andy había insistido en llevarla a desayunar fuera y la idea le pareció refrescante, más aún por las tensiones en casa.
—¿Y ese Rodrigo? —preguntó Andy mientras partía un croissant—. ¿De verdad quiere casarse contigo?
Nora soltó una risa seca.
—Es ridículo, ¿no? Apenas lo conocí ayer y ya quiere que me convierta en su esposa. Dice que es por neg