Capítulo 49

El pasillo era angosto y húmedo, con un olor a piedra vieja mezclado con el metal oxidado de las antorchas. El aire pesaba. Podía sentirlo—una energía densa, casi pegajosa—que oprimía su pecho. Trató de invocar su poder, el fuego que siempre respondía a su voluntad, pero apenas una chispa tembló entre sus dedos antes de extinguirse. Frunció el ceño, sin entender qué estaba pasando.

—Vamos… —murmuró, apretando el puño. Nada.

—No te esfuerces, querida. —Myra camino hacia ella, con su sonrisa torcida y el látigo enrollado en una mano—. Aquí no funcionará nada de eso.

Sareth retrocedió un paso, su mirada fija en ella. El corazón le dio un salto, pero se obligó a mantenerse firme.

—¿Qué hiciste?

Myra inclinó la cabeza con aire divertido—. Castiel colocó un encantamiento en toda esta cueva. Nadie puede usar su poder aquí. Ni tú, ni yo. Aunque tú lo necesitas más que yo, ¿no?

El tono burlón le encendió la sangre. Sareth apretó los dientes.

—Me marcharé y tú no podrás detenerme.

—Oh, Sareth…
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP