La semana pasó rápidamente, la tensión que sentía Sareth disminuyó considerablemente después de aquella charla con Kael. Estos días apenas lo había visto seguía tan ocupado, tampoco vio a Aziel, lo que sea que estaban haciendo era algo que les tomaba todo el tiempo que tenían.
Se dispuso a buscar algo de comer en la cocina y luego buscaría a Eris para ultimar detalles de la fiesta.
Justo antes de llegar a la cocina estaba Aziel parado recostado en un pilar con una sonrisa amplia dirigida a ella.
—Te estaba esperando. Iremos de compras.
—¿compras tú y yo?
—Tu, yo y Eris. Ya sabes algo bonito para la fiesta.
—Mmm… y Kael?
—bueno, él está ocupado pero ha dicho que estaría libre para la hora de comer…
—Sareth!! —Un grito tan alegre y entusiasta no podía venir de nadie más que no fuera Eris. —Estoy tan emocionada, Encontraremos unos vestidos preciosos.
Eris abrazó primero Sareth luego abrazó a Aziel —esta noche será increíble.
El viaje al centro comercial fue una rareza en sí misma