Para Alondra la vida no ha sido sencilla, ya que desde niña ha sufrido maltrato además de tener grandes carencias. Amor. Es una palabra que no conoce, ya que solo se concentra en cumplir sus sueños, deseando terminar sus estudios. Su vida comenzará a cambiar y también a complicarse cuando conoce a Álvaro, apuesto director la compañía internacional que se encuentra en la cúspide profesional, pero con un gran vacío al que esa dulce chica logrará cubrir colándose en cada poro de su ser. Por desgracia luego de encontrarse y despertar en ambos fuertes sentimientos, una despiadada trampa pondrá en juego la vida de las personas que Álvaro más ama, poniendo a prueba lo que sienten al cada uno tomar caminos paralelos. ¿Podrá el amor sanar las heridas que tienen? ¿Vencerán las adversidades que les depara el destino? Obra registrada en Safe Creative, bajo el número: 1909051840186 Prohibida su reproducción parcial o total.
Leer másAlondra se encontraba sentada en la cornisa de la recámara, que Daniel su mejor amigo, con gentileza le ofreció para dormir, observaba ahí la grandiosa luna que durante muchas noches la acompañó desde la terraza de la habitación de Álvaro. Suspiró al recordar aquellos momentos, mientras que sus hinchados y vacíos ojos se volvían a llenar de lágrimas, no lograba pensar en nada, solo podía sentir ese dolor agónico que la recorría por todo su ser.
Limpió sus mejillas con el dorso de su mano, recordando la forma en que las cosas habían finalizado entre ella y Álvaro. La persona que consideraba el amor de su vida, además ser él, el hombre que la rescató del infierno que vivió en manos de su propia familia:
—Lamento no haber sido honesto contigo, pero no estaba seguro de la decisión que tomaría. Volveré con Amanda —Álvaro habló con firmeza.
Alondra lo observó intentando detectar si mentía, pero él la miraba con cierta determinación que no pudo distinguir nada. La joven sintió que su mundo se comenzó a desplomar, como si fuese un castillo en la arena, por lo que no sabía que decir, ni que hacer, aquellas palabras que siguió pronunciando, se clavaron como un doloroso aguijón, dejando todo el veneno en lo más profundo de su ser.
—Yo… te liquidaré muy bien y te recomendaré para que encuentres otro trabajo de inmediato, sin dudarlo ni un segundo, la chica lo abofeteó.
Alondra corrió en dirección a su habitación entonces sujetó una pequeña maleta y comenzó a guardar con desespero algunas de sus cosas. Tomó sus ahorros y dejó en la mesa las tarjetas de crédito que él le había entregado. Giró hacia los lados, justo cuando iba a salir, vio su muñeca sobre la cama, la agarró de inmediato, observó su mano en dirección a su dedo anular con aquel hermoso anillo de compromiso que él le había colocado hacía tres meses apenas. Sintió un profundo dolor cuando lo sacó de su dedo anular y lo colocó en su palma, lo apretó contra su pucho, con fuerza. Dolió mucho tener que dejarlo en aquella mesa de noche del lado donde dormía, se acercó al tocador sosteniendo un alhajero y lo lanzó sobre el espejo, rompiéndolo en mil pedazos, ahí ya no pudo contenerse y se desplomó.
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De pronto las notas de «El favor de la soledad by Gloria Trevi», la hizo regresar al presente. Se volvió hacia su cama y tumbándose sobre ella. Cerró sus ojos evocando aquellos momentos que le abrieron el paraíso. Tomó su muñeca y la abrazó.
—Nos abandonó —susurró, mientras escondía su rostro en el regalo que tanto amaba de él. Su pecho comenzó a contraerse, llena de un desgarrador dolor—. Juro que te voy a olvidar Álvaro Alvarado, borraré cada palabra tuya, cada promesa, cada sueño juntos —prometió con determinación.
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Álvaro se encontraba sentado sobre los escalones de su elegante escalera, a un retumbaba en su interior la forma en la que sucedieron las cosas entre ellos. Cerró sus ojos liberando un par de lágrimas, sintiéndose devastado, sin saber qué rumbo poder tomar.
Sin darse cuenta las horas comenzaron a transcurrir, sin lograr encontrar la calma. A lo contrario una gran angustia lo invadió al darse cuenta que lo habían acorralado Se puso de pie caminando hacia el bar en su sala, sirviéndose una copa con whisky bebiéndola de golpe.
—Debes estar aborreciéndome —expresó lleno de tristeza—. Te tuve que romper el corazón mí Al, tuve que decirte tantas cosas para alejarte. —Inhaló profundo—. Me aproveché de tu pasado, de tu desconfianza, sabía que con todo lo que has sufrido, no me sería muy complicado que me creyeras. Y ahora me siento un hijo de puta, cuando yo prometí cuidarte, amarte por siempre, además de que tendríamos una vida juntos —pronunció llenó de sufrimiento.
Colocó dos de sus dedos sobre el puente de su nariz, mientras sus ojos permanecían cerrados, buscando como salir de aquella terrible pesadilla, sabía que no podría hacerlo solo.
—Si ella supiera que todo lo que hice fue por amor a mi hija —expresó abrumado ante el horror que estaba viviendo.
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Les dejo esta intro de esta historia que está cargada de momentos muy dolorosos para los protagornistas de esta historia.
Saludos con cariño #AlDra estan listos para contarte su desgarradora historia, con grandes momentos de romance, amor, drama, suspenso, humor, sensualidad y suspenso.
Un mes después. Ernesto se encontraba trabajando en un proyecto, en las oficinas filiales de la empresa donde laboraba en la ciudad de Guadalajara, atento miraba el ordenador, sin darse cuenta que desde otra oficina era observado. Mientras sujetaba el collar de perlas que traía sobre su cuello, aquella mujer trataba de contener el fuerte deseo que despertaba, desde que lo conoció. Suspiró con pesar «¿Por qué no me conociste antes que a ella? ¿Por qué no te enamoraste de mí?», se preguntó para sí misma. **** Mientras Ernesto continuaba de viaje. Aline sintió que lo extrañaba mucho. Así que hizo planes para viajar con Alondra a Oaxaca, el fin de semana, para descansar y hacer que los días pasaran más rápido. Tomó su equipaje con emoción y partió hacia el aeropuerto, para llegar por la tarde a la casa de ellos. Al ingresar a la residencia
Tres semanas después. Álvaro y Alondra se encontraban en el aeropuerto Internacional Benito Juárez, de la ciudad de México esperando el regreso de Doña Ofe quien había cumplido su promesa de llevar a Disneyland, en Orlando, Florida a Paula María, pero no solo eso logró, sino que pudo viajar también con Oscarito. Mientras el matrimonio había viajado a París, Francia para disfrutar de su luna de miel, la abuela aprovechó para vacacionar. Luego de media hora de esperar en la terminal 2, en la sala de espera, observaron caminar a Doña Ofe con ambos niños, por el control de acces, sonrieron al ver que ya los esperaban — ¡Volvimos! —la voz de Paula María, se escuchó luego de pasar por los trámites migratorios. — ¿Cómo les fue? —Álvaro cuestionó con emoción, recibiendo entre sus brazos a su hija. —De maravilla mijo, pero no te mides. Mira
Los cuatro no pudieron evitar sonreír. Doña Ofe abrió los ojos de par en par cuando su grupo favorito apareció en el escenario entonces: «Cómo te voy a olvidar by Los ángeles azules», se escuchó, entonces el vocalista anunció que ese tema se lo dedicaba su nieto Álvaro. — ¡No lo puedo creer! —exclamó conmovida, sus ojos se cristalizaron. A continuación él se acercó a la mesa y le extendió su mano. —Esta canción nos pertenece —susurró en su oído con cariño. La llevó hasta la pista y con mucha delicadeza comenzaron a bailar. —Muchas gracias —Doña Ofe respondió sin poder evitar llorar—. Siempre serás mi muchacho, mi gran orgullo. Estás hecho a mi semejanza. —Se abrazó a él. Varios de los presentes no pudieron evitar conmoverse al verlos bailar con tanta emoción. Alondra desde donde se encontraba sentada en compañía de su familia limpió su vidriosa mirada al verlos
Caminaron por el exterior, sintiendo la brisa del mar, hasta llegar a la zona de la playa, en donde una gran alfombra en color blanco que dividía las sillas de los invitados. Observó el hermoso escenario que los esperaba, para dar el tan esperado ‘Sí’, y unirse a la vida del hombre que tanto amaba. Ernesto y ella se acercaron hasta encontrarse con Álvaro y Doña Ofe. Alondra miró a Álvaro, sintiendo como su corazón golpeó frenético, luego de tres semana sin poder hacerlo. Justo en ese momento él observó caminar a su chica, del brazo de su hermano, percibió atento cada uno de sus delicados movimientos. Sus ojos se fijaron en la belleza que desprendía, con cada paso que daba hacia él, luciendo un sublime vestido blanco en corte sirena y escote de corazón con finos bordados e incrustaciones de cristal. Alondra sonrió al verlo esperarla en compañía de su abuela. —Estás hermosa —Álva
Tres semanas después. Álvaro visitó el hotel en donde se fue a hospedar Doña Ofe, en compañía de Alondra y Paula María. Llevó algunos artículos personales de la joven. Esperaba con gran nerviosismo, que le abrieran la puerta, cuando la encantadora y alegre abuela lo hizo, la observó con la cabeza llena de tubos para cabello y en bata de baño. Antes de que diera un paso para intentar entrar a la habitación, ella se lo impidió. —Ni un paso más jovencito. —Se quedó mirándolo atento a los ojos—. No puedes ver a la novia. Álvaro hizo mueca. —Lo comprendo, entrégale esto por favor. —Voy a hacer algo por ti, dame un momento. —Doña Ofe se metió a la habitación y sacó una pañoleta que ella usaba, la fue doblando, hasta quedar un vendaje. Entonces Álvaro cerró los ojos mientras lo vendaba impidiendo que pudiera ver. Tomó de su m
Por la tarde. Álvaro y Alondra esperaban en el restaurante del hotel a la abuela y a Paula María, ambos se miraban sintiéndose cómplices de la noticia que solo ellos sabían. — ¿Deseas ordenar algo, mientras bajan? —Álvaro indagó. —No apetezco nada, siento el estómago revuelto —hizo un puchero. —Tienes que hacer un esfuerzo, mi hijo necesita crecer fuerte. —Álvaro miró hacia su vientre, con emoción. Aún no lo puedo creer. —Creo que hice mal mis cuentas —la joven respondió. —Era su momento de venir al mundo y de hacernos más dichosos. Alondra mordió su labio al escucharlo. —Debes darte cuenta de que ya eres una gran mamá. Solo mira a Pau, en lo mucho que te quiere; la tratas con tanto amor, con tanta dulzura, que te has ganado su corazón. No cualquier persona ama de esa manera. —La m
Último capítulo