Capítulo 128

Gaby se encontraba en su escritorio en la comisaría muy concentrada en el informe y la protección para Santiago Ortega. Quería terminar con eso lo antes posible y buscar la forma de metro preso a Christopher Donovan de una vez por todas, para que así, Lina pueda vivir en paz. Estaba tan metido en su trabajo que no anotó que lo estaban mirando de muy cerca.

Un carraspeo de garganta lo hace levantar la mirada.

—Pensé que ya te habías ido —esboza el morocho mirando fijo a Lombardo. Este niega con la cabeza. Él morocho frunce el ceño—. ¿Pasó algo?

—No, solo quería saber si has hablado con Lina después de lo de ayer —le responde Lombardo.

—No tuve oportunidad de hablar con ella —Gaby suspira y recuesta la espalda en su silla, cuando ve que Lombardo se acomoda en la del enfrente a su escritorio—. La llamé y tenía el celular apagado. Luego llamé a Alex y me dijo que ella estaba descansando, al saber que estaba a salvo en su casa, me quedé tranquilo y decidí no molestarla, dejarla descansar —Se eleva de hombros—. Cuando quiera hablar de lo que pasó lo va a hacer.

—Su padre me llamó —clava la mirada castaña en la mirada oscura de Gaby—, sabe todo lo que pasó, siempre lo supo y está preocupada.

—Yo también —confiesa Gaby mirando su escritorio—, tengo miedo de que le pase algo. Donovan no es ningún idiota, el muy maldito es bastante listo. No es ningún nene de papá jugando con los policías y ladrones.

Lombardo suspira.

-Perder. Por eso te pido que no le quites el ojo de encima.

—Jamás lo haría —asevera Gaby.

—Lo sé, lo sé —lo tranquiliza el hombre—, solo digo que vamos a deber tener cuidado con lo que haga, tanto ella como Donovan. Lina es muy impredecible y temeraria, no sabemos qué puede llegar a hacer y eso me preocupa, al igual que a su padre.

—¿Por eso no te fuiste? —cuestiona el morocho.

—Así es. Voy a quedarme hasta que esto termine, en mi división están al tanto y si necesito cualquier cosa ellos van a estar listo para lo que sea. Ella es la hija de mi amigo y compañero de guerra. Yo le debo mucho a él, me salvó la vida —cuenta sonriendo de costado al recordar cómo se quedó con él cuando estaba herido y bajo estruendos, balas y peligro, Roberto lo cargó y lo sacó del medio de la balacera poniendo en peligro su propia vida por salvarlo—. Es hora de pagar las deudas —Gaby asiente comprendiendo—. Con Esposito estamos buscando la forma de hacerlo caer de una manera u otra, nos va a llevar tiempo. Por lo que te pido que estés atento a cualquier cosa que pueda llegar a pasar con Lina o alrededor de ella. Tenemos ayuda de sobra y vamos a acabar con ese imbécil —sentencia.

—Yo también le debo mucho a ella ya sus padres. No voy a dejar que nada le pase. Ella es como mi hermana, ellos son como mi familia, siempre fue así y no quiero perderla como… Como perdí a Lucas, a ella no —Su voz se quiebra, pero él no lo hace, aprieta su mandíbula y promete en silencio que nada le va a pasar a su mejor amiga. No mientras él esté vivo.

—Cualquier cosa que necesites, me avisas, a mi oa Esposito. Mientras tanto nosotros vamos a ver cómo hacemos para acercarnos a Donovan lo antes posible. Mi división está a tu disposición, al igual que una sede en Estados Unidos —Gaby asiente y Lombardo se levanta—. Estamos en contacto.

Con paso seguro se aleja de Gaby. Él lo sigue con la mirada clavada en su espalda y rezando con poder terminar con el pasado de Lina con sus propias manos y sacarla del peligro, a ella, a su hija ya su familia.

—Tengo curiosidad —una voz conocida para él lo saca de sus cavilaciones y mira con rapidez al hombre parado frente a él, elevando una ceja—. Es sobre tu amiga, ya lo sabes, Lina.

—Si vas a decir alguna idiotez, López, por tu bien más vale que te contiene —le advierte.

—No es una idiotez. Al menos, no para mi —se eleva de hombros.

—Si viene de ti, es una idiotez —Ian se une a ellos, llegando con las manos en los bolsillos delanteros de sus pantalones.

—Mi curiosidad es saber si alguna vez… ustedes, ya saben… Ustedes dos —hace señas con las manos para expresar lo que no puede con la boca. Gaby se cruza de brazos, observándolo con una ceja levantada.

—Estás preguntando si alguna vez, ellos dos cogieron? —interviene Ian sonriendo y López asiente con la cabeza.

—No —responde en rotundo Gaby y López abre los ojos, sorprendido.

—Creí que ustedes… —comienza a decir, pero Gaby lo interrumpe.

—Creíste mal —espeta frunciendo el ceño.

— ¿Cómo puede ser? —murmura López e Ian se carcajea.

—López está confundido —se burla Ian y ahora Gaby sonríe de costado.

— ¿Qué estás pensando, López? —curiosa Gaby.

—Bueno… Es que yo… —suspira y se dispone a hablar—… es una mujer muy sexy y por lo que vi ayer, muy segura de sí misma. Tiene una mezcla de buena y perversa. Tiene un cuerpo fenomenal —Gaby lo deja expresarse con tranquilidad, aunque por dentro no le está gustando nada como López se babea con su hermana de corazón—… no creo que haya hombre que se resista a ella y sabiendo como eres con las mujeres, es raro que tú y ella no… —hasta ahí llego el discurso de López.

—Ella no es una mujer. Es mi hermana.

—Ella no es tu hermana de verdad —lanza López interrumpiéndolo.

—Pero es como si lo fuera. Es verdad, es una mujer muy hermosa, por dentro y por fuera. Pero es mi hermana y no la miro, ni nunca la mire de esa forma, ni a ella, ni a Sole —explica con severidad.

—Yo no podría contenerme estando a su lado —exclama López.

—Por tu bien, más vale que te contiene —advierte Gaby e Ian se ríe.

—Medina, no seas tan duro con López. Yo pensé como él cuando la vi por primera vez a Lina. Y ese día, casi la liga por parte de Alex —Sonríe al recordar que la primera vez que vio a Lina, fue por una foto que le estaba mostrándole a Erik y él comento lo sexy que era y que era una mujer que quitaba el aliento. Eso hizo que Alex lo quisiera golpearlo y más cuando le acusó por haberla dejado ir.

—Me imagino lo que habrás dicho de ella, Russel —masculla el morocho.

—Que suerte tiene ese tal Alex —suspira López y Gaby resopla.

—Quita de tu mente a Lina, López —reprende Gaby.

—Bien, bien —Levanta las manos en rendición—. Solo comentaba mi inquietud —López lo mira con curiosidad y Gaby sabe que todavía está carburando esa mente de elefante que tiene—. ¿Ni una vez se te cruzó por la cabeza llevarla a la cama?

—López —advierte Gaby de nuevo.

—Es que me es difícil de entender —se queja—. ¿Nunca, nunca, quisiste estar entre sus piernas?

—Cuidado —canturrea Ian.

—¿Ni una sola vez se te cruzó por la cabeza? —sigue López ignorando a Ian.

—No, López. Ni una sola vez, la conozco desde hace mucho tiempo y jamás pasó nada entre nosotros —suspira—. Reconozco que cuando la conocí me atrajo —mira a Ian—, al igual que a Lucas. Pero luego nos hicimos buenos amigos y así nos mantuvimos.

—Yo no hubiera podido —con ese comentario, López se gira sobre sus talones y los deja solos.

—Piensa con la cabeza que le cuelga entre las piernas —resopla Gaby.

—No sabía que a Lucas le había gustado Lina —curioso Ian.

—Sí, bueno, cuando la conocimos a ella ya Sole, las miramos como dos hombres miran a dos mujeres, obviamente. Las dos son muy hermosas y en ese tiempo éramos jóvenes y ellas estaban radiantes esa noche. Pero nosotros estábamos ahí con un propósito y nos enfocamos en eso…

— ¿Qué propósito? —Indaga Ian.

—Lucas quedó coladito por Lina —Gaby continúa ignorando la pregunta de Ian—, pero después se le pasó… o eso creo. La cosa es que terminamos siendo amigos y apreciándonos unos a otros —suspira—. No sé si alguna vez pasó algo entre ellos, se hicieron muy unidos. Cuando le pregunté a Lucas que pasaba con Lina, él sólo me dijo que la admiraba por todo lo que ella había pasado y lo fuerte que era por salir adelante y aferrarse a la vida —Mira directa a los ojos de Ian—. Sabía que no era solo admiración, pero no le dije más nada, no volví a preguntar sobre lo que sentía por ella. Pero puedo jurar que él estaba muy enamorado de Lina.

—Pero, ¿él no ayudó a Alex con Lina? —pregunta recordando que Alex le contó que tuvo que pedirles ayuda a ellos para que Lina dejara que se explique y decirle lo que sintió esa vez que fueron a Estados Unidos por la muerte del padre de Lucas. Y que a pesar de que Lucas le dio una advertencia a él, si le hacía daño a Lina, ayudó a que ellos se unieran y el tiempo que Lucas estuvo vivo, siempre estuvo del lado de su relación y él mismo le había dicho a Alex que le caía bien. Ante esa pregunta Gaby le sonríe.

—Eso es lo que más me hace pensar que estaba enamorado de ella —contesta el morocho.

—No entiendo —Ian frunce el ceño—. ¿Y qué era ese propósito del que hablaste antes?

En ese momento su jefe anuncia una reunión dejando la pregunta de Ian sin respuesta.

—En otro momento —le hace saber Gaby, mientras se levanta para acudir al llamado de Esposito.

 

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