Capítulo 115

Buenos Aires…

En cuanto terminó la llamada, Alex se desplomó en su silla frente al escritorio, se encontraba trabajando cuando recibió la llamada de Ian y la verdad no podía creer todo lo que su primo le había dicho, era una completa locura. Si no creía en el destino, después de esta revelación, no le quedaba de otra que comenzar a creer. Recuerda bien esos días en Ibiza, en donde los padres de Ian debían viajar por trabajo y el chico no quería ser torturado por sus padres en un país desconocido, así que casi suplicó para que él y Erik lo acompañaran. No la habían pasado nada mal allí, se la pasaban todas las tardes en la playa y luego paseando por doquier, hasta habían sido invitados a una fiesta en una oportunidad, recuerda que fue la noche antes de que tuvieran que volver, ese mismo día Ian había conocido a esa chica “sin nombre”, también fue su primera borrachera. Los pensamientos de Alex volaba hasta esa noche, Ian había conocido unas chicas, pero todas huían de él porque el muy idiota solo podía hablar de la joven que había conocido en la playa cuyo nombre no sabía.

~~~

Years ago…

Los se preparaban para la fiesta, era su última noche en Ibiza y querían llevarse el mejor de los jóvenes recuerdos del lugar y, que mejor hacerlo con una fiesta a la cual había sido invitados.

— ¿Hoy dejarás de ser virgen? —se burló Ian mirando a Erik.

—Al menos yo puedo preguntarle el nombre a una chica. ¿A cuántas chicas les preguntarán el nombre esta noche? —refutó el castaño.

—Muy gracioso, Erik. Muy gracioso.

—Ya; no empezar —intervino Alex—. ¿Crees que encontrarás a esa chica hoy? —le preguntó a Ian.

—No lo creo; no parece ser una chica de fiestas —Alex levantó una ceja de manera interrogante—. Es más de libros y eso, quizás hasta más de familia.

—Una chica buena llamó la atención de mi primo.

—No solo llamó su atención, sino que le robó el corazón —acotó Erik.

—No es así, Erik.

Ian no iba a reconocer que Erik tenía razón en ese entonces, aunque el castaño solo lo estaba molestando por no haber podido conseguir el nombre de la chica y estar más interesado en ella de lo habitual, no eran conscientes de que esa burla, le hacía pensar a Ian más en ella. Le hacía pensar en lo tonto que había sido, en lo tonto que había sido su comportamiento junto a ella. Todavía le era imposible creer que haya sido tan ridículo estando a su lado.

Sabía que no la vería en esa fiesta, no era una chica de “esa”, pero muy en el fondo tenía la esperanza de encontrarla, tenía muchas ganas de volver a verla, de pasar un buen rato con esa chica cuyo nombre desconoce.

Los chicos encaminaron hacia la fiesta, la cual se llevaba a cabo en una casa que se situaba sobre la playa. En cuanto llegaron no faltaron las miradas de las chicas y los vasos de cerveza que les alcanzaron los jóvenes que los habían invitado. Luego de unas horas, Ian ya estaba borracho, hablando incoherencias. El rubio estaba tirado en un sofá aburriendo a la tercera chica que se le había acercado, era un chico muy guapo y cada joven que tenía una ventana abierta, se acercaba a él para tratar de conquistarlo, pero Ian desilusionaba a cada una de ellas. No podía hacer otra que hablar de la joven a la que le había roto la nariz con la pelota.

— ¿Quieres ir a salvar a esa chica? —le preguntó Erik a Alex.

El chico miró hacia donde se encontraba Ian y la pobre chica que no sabía cómo hacer para salir corriendo y entusiasmando.

—¿Y si mejor lo salvamos a él de la humillación? —cuestionó.

—Lo que sea que hagamos salvaríamos a ambos —Erik observó a Ian arrastrar las palabras y gesticulando con demasiada intensidad—. Lo que hagamos hay que hacerlo rápido.

Ambos caminaron hacia su amigo, la cara de aburrimiento de la chica era para retratar, no podía creer que Ian estaba tan mal.

— Deberías haber visto lo hermosa que se veía —Ian arrastraba las palabras, pero él no se daba cuenta de lo ebrio que estaba—, hasta con la nariz sangrando se veía hermosa —Miró a la chica a sentada a su lado—. ¿Puedes creer que no le pregunté su nombre? ¿Qué clase de idiota no le pregunta el nombre a la chica que le gusta?

—Ian, la estás matando del aburrimiento —esbozó Alex llegando a su primo.

—No está aburrida —Miró a la chica a su lado—. ¿Estás aburrida?

—Venimos a salvarte, vete —le indicó Erik a la joven que se apresuró a salir de ahí gesticulando un “gracias”.

—¡No te vayas! —gritó Ian—. No sé tu nombre. Carajo, tampoco le pregunté su nombre. ¿Cómo no voy a preguntar su nombre? Estúpido.

—Vamos, primo; es hora de regresar.

—¿Qué? Pero si es temprano todavía y debo buscar a esa chica y preguntarle cómo se llama.

Alex y Erik se miraron sonriendo.

—Así es; es temprano y ya estás ebrio —acotó Erik.

—Creo que es mi primera borrachera —se carcajeó Ian.

—Lo es —aseguró Alex.

—Tengo hambre —articuló el rubio.

Alex y Erik se miraron y, sin poder evitarlo, se volvieron a reír, ya se había olvidado de la chica que estaba sentada a su lado, ya no quería saber su nombre.

—Vayamos por unas hamburguesas —instó Erik.

Los jóvenes ayudaron a Ian para levantarse del sofá, con disimulo lo sostenían para que no callera conforme pasaban entre la multitud.

—¡Oye! ¿Cómo te llamas? —preguntó Ian a una chica cuando pasaban por su lado. La joven se sonríe mientras le dice su nombre. Luego el rubio ve a otra chica y vuelve a preguntar—: ¿Cuál es tu nombre? —Volvió a repetir la acción con otra chica.

— ¿Qué haces, Ian? ¿Irás preguntando el nombre a cada chica que te cruces? —indagó Alex sin dejar de sonreír.

—Es lo primero que debo preguntar: Su nombre —articuló el audido.

—Este hombre está demente —masculló Erik.

Otra vez estuve todo el viaje y toda la comida escuchando a Ian hablar de esa chica sin nombre, fue una pesadilla, el chico no podía hablar de otra cosa que no fuera de ese joven. Alex estaba seguro de que, además de ser su primera borrachera, también había sido su primer amor.

—Cuando la vea de nuevo, le preguntaré su nombre, será lo primero que haga —sentenció Ian.

—Debes decir: Hola, soy Ian y tú cómo te llamas —bromeó Erik.

—Sí, eso. Así debo empezar la conversación.

—Podríamos apostar —se burló Erik mirando a Alex.

—Veinte a que no lo hace.

Los chicos se rieron e Ian se quejó por burlarse de él. Prometió que sabría su nombre, pero eso jamás pasó, no al menos en aquel tiempo.

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