Ya hacia más de dos horas que Ian se encontraba en frente de la residencia Stagnaro, descansando la espalda sobre un árbol, con los brazos cruzados al pecho, sin quitar la vista de la casa de los padres de Sofi. Un nudo en el estómago no lo dejaba pensar con claridad. Es consciente de que debe acercarse, llamar al portero y preguntar por Sofi. Hacer que ella lo escuche, que ella lo deje disculparse y decirle todo lo que en verdad siente por ella. Pero no es tan fácil para él, ya que no es muy bueno con las palabras cuando se trata de expresar sus sentimientos.
Dejando a un lado sus cavilaciones y temores, se acerca y llama al portero. Decide hablar en inglés, no sabe ni una palabra en italiano y entiende que el inglés es un idioma universal, alguno debe entender lo que dice. Una vez que se anunció, las grandes verjas se abren dejándolo entrar. Con pasos vacilantes se echa a andar por el camino hasta llegar a las puertas de la casa, donde un hombre de traje lo esperaba.
—Por aquí, por