Capítulo 51. El pasado nunca muere
— ¿Pero cuál es el escándalo que se escucha aquí? —Inquirió Marco saliendo del estudio de Alex, al ver a su hija en el sofá se acercó angustiado.
—Bianca, tesoro, mi vida.
—Deme permiso por favor señor.
Irina diligentemente comenzó con los procedimientos necesarios para estabilizarla, las otras enfermeras se acercaron e Irina tomó de una de ellas el estetoscopio.
Matilde venía con Olga que la acompañó a hacer las compras y al escuchar el alboroto se acercaron.
Bianca volvió en sí y Carlo la abrazó.
—Hija mía, ¿estás bien?…
—Creo que sí, papá.
—Permítame señor, la señora Bianca debe sentarse poco a poco, necesito tomar nota de su presión —indicó Irina de manera profesional.
Carlo se levantó del sofá para dar espacio a que Irina atendiera a Bianca.
Olga pendiente de Irina atendiendo a su paciente no había prestado atención a Carlo, pero ahora lo veía, muy quieta, como cervatillo que ha visto al cazador luego de ver el brillo del arma que lo apunta.
—Olg