Capítulo 52. Un pasado compartido
Irina prefirió atender ella a Bianca, las otras enfermeras no tenían su experiencia, en la situación de Bianca era muy delicado, una recaída, y siempre estaba latente el rechazo.
En cuanto iban llegando a la habitación Bianca susurró:
—Debe pensar usted que soy una madre terrible.
—Claro que no señora.
—Mi padre es italiano, mi madre era rusa.
—Mi madre también es rusa.
—Podrá imaginarse entonces como fue mi crianza.
—En realidad me crie de una manera diferente a como le tocó a mi madre. Yo estudié en la escuela pública, y ella en casa complementó mi educación, pero jamás usó la violencia física.
—Mi madre evaluaba mi progreso, mi educación era muy exigente, y si no le complacía, no me dirigía la palabra hasta que lo hiciera bien. Con todo y eso, la educación de ella fue aún más rigurosa, pero yo tenía la condición de mi corazón desde pequeña. Mi enfermedad hizo que me educaran en casa y no en el internado al que mi madre asistió.
—Ahora entiendo que lo rig