Irina tenía certeza de algo:

No conocía a Alex Salvatore, al menos le gustaba lo que iba dejando ver de él, en realidad no era un ser carente de empatía, al menos, en lo que respecta a sus hijos era un protector.

Razón por la cual ahora iban de camino al hospital para que Katherine los ayudara a explicarles a los niños sus orígenes.

Irina estuvo de acuerdo, ella no tenía idea de cómo se le explicaba a un niño inocente los actos de mentes tan crueles.

Los niños en la parte de atrás del vehículo estaban jugando con los muñecos de acción y las muñecas Barbies.

Bendita inocencia que los protegía. Irina y Alex solo querían hacer lo mejor por ellos y no lastimarlos, ambos estuvieron de acuerdo que eso sería confesando la verdad, antes de que otro lo utilizara como arma.

—Creo que Ema lo puede entender, en una ocasión le expliqué el procedimiento in vitro mientras jugaba con muñecas con ella —comentó Alex en voz baja.

Irina parpadeó varias veces y miró por la ventanilla.