El silencio fue pesado. Ryan frunció el ceño, tratando de entender, mientras Ema ladeaba la cabeza.

Ambos niños se miraron, seguros estaban que los adultos estaban confundidos.

—No, mi mamá es Bianca —explicó Ema.

Irina jugó con un rizo del cabello de Ema igual al de ella.

—Lo que ocurrió, es que en el laboratorio tomaron una parte mía, la unieron con una parte de tu papá y la pusieron en el vientre de Bianca.

— ¿Por qué lo hicieron?

Alex no podía dejar que Ema siguiera sufriendo, todo era demasiado, su pequeña muy inocente para este mundo cruel.

—Porque en realidad Bianca es tu tía, y de Ryan. Todo fue una equivocación en ese instante, un error hermoso —explicó apresurado.

—Como cuando descubrieron la penicilina por accidente —dijo Ryan con los ojos brillantes de interés, absorbiendo la información.

—Sí… Respondió Alex sonriendo y admirado de la prodigiosa mente de Ryan—. Nadie lo sabía entonces, pero con ese error nos hicieron las personas más dichosas en