Capítulo 8. En terreno enemigo
La había obligado a acompañarlo…o algo así.
El viaje hacia Darkfang fue extenuante.
Las montañas se volvían más empinadas con cada kilómetro, el aire más denso, más seco. Alina intentaba mantenerse erguida sobre el caballo, ocultando su malestar, pero su cuerpo ya no respondía como antes. No comía bien, dormía poco y su corazón estaba atrapado entre la ansiedad y la desconfianza. La escolta de soldados de Blacknight no era precisamente amable, y Devon, siempre al frente, apenas giraba la
cabeza para verla.
Hasta que lo hizo.
Cuando la vio tambalearse ligeramente en la montura, frunció el ceño. Ordenó un alto inmediato, pese a las protestas del comandante.
—Acamparemos aquí esta noche —dijo con voz tajante.
—Señor, estamos a tan solo medio día del asentamiento. Si nos apresuramos podríamos…
—He dicho que nos detenemos —repitió, esta vez con una mirada que heló la sangre de su interlocutor.
Mientras los soldados armaban las tiendas, Devon se acercó a Alina. No dijo nada al princ