Capítulo 25. Conociéndose
Alina no entendía por qué Devon había solicitado su presencia tan temprano aquella mañana. Cuando salió de la residencia, lo encontró esperándola en la entrada del camino principal, con un aire extrañamente informal. Llevaba la capa sin abrochar, la camisa remangada, y el cabello algo despeinado por el viento.
—¿Vamos? —le dijo, sin dar mayores explicaciones.
—¿A dónde?
—A conocer a mi gente —respondió, girándose y comenzando a caminar—. Es hora de que ellos te vean... como algo más que un símbolo de tratado.
Alina lo observó con desconfianza, pero algo dentro de ella —quizá simple curiosidad, quizá el deseo de comprenderlo— la empujó a seguirlo.
Caminaron en silencio un largo rato por los senderos de tierra hasta llegar al centro del territorio Blacknight, donde los árboles se abrían en claro y un pequeño mercado vibraba con vida. Era día de trueque, y las familias paseaban entre los puestos de frutas, pieles, hierbas, metales y juguetes tallados a mano.
Alina se detuvo unos pasos an