Capítulo 26. Bajo la misma luna
La noche había caído suavemente sobre la aldea, tiñendo el cielo de un azul profundo salpicado de estrellas. Las luces tenues de las antorchas colgaban en las puertas de las casas, y el aire olía a leña, tierra húmeda y algo dulce que venía de una de las hogueras donde cocinaban. Devon y Alina caminaban en silencio, sus pasos acompasados, sus hombros rozándose apenas.
—¿Te gustó el mercado? —preguntó él, sin mirarla del todo.
—Sí... mucho más de lo que imaginaba. —Ella sonrió suavemente—. No pensé que una aldea de los Blacknight pudiera ser tan… cálida.
—¿Te esperabas un lugar más salvaje?
—Más frío. Más distante. Como tú.
Devon soltó una risa ronca. Alina levantó la vista sorprendida; ese día ya lo había oído reír así, sin burla, sin tensión, pero aún le llamaba la atención. Se le aflojaron los hombros. A su lado, él parecía distinto ahora. Más humano. Menos peligroso.
—Yo también me imaginaba que ibas a ser más... insoportable, como una princesita delicada o algo así —dijo él, mirán