Una semana más tarde, había llegado el día del evento. Conor Kelly, el afamado pianista de talla mundial que volvía a casa a formar a las nuevas promesas, aunque él mismo solo tenía treinta años, regresaba oficialmente a la ciudad.
Esa noche, Evie planeó una pijamada con Evan mientras Brianna y Kane se dirigían a la fiesta. Ella estaba muy emocionada, y él… también, solo que lo disimulaba.
Kane esperaba por su pareja en el pasillo, sentado en su silla con un traje negro y pajarita, tal como exigía el código de vestimenta. No tenía muchas ganas de ir, pero no le quedaba de otra.
Se escuchó el ruido de la puerta cerrándose y unos pasos de tacones altos resonando por el pasillo.
Entonces, la vio. Brianna caminaba con innegable clase, enfundada en un vestido de fiesta largo y plisado con cuello en V en un color azul que resaltaba sus ojos incluso en la noche.
Tenía el cabello ondulado y suelto, con un ligero maquillaje y apenas joyas. Pero no las necesitaba.
Kane se quedó pasmado por unos