La casa principal de los Beresford quedaba en uno de los barrios más ricos e importantes de la ciudad, Ballsbridge, y al llegar a Brianna no le sorprendió encontrar altas cercas que delimitaban todo el terreno, además de guardias en la entrada que corroboraron su información.Pasaron en el taxi, que los dejó en la entrada, rodeando una enorme fuente.La casa parecía un palacio, y daba aires de opulencia por todas partes, con suelo adoquinado en la entrada de aquella rotonda.—Señorita, llegamos.Tras las palabras del taxista, ella y Evan bajaron y contemplaron la nueva estampa.Los preciosos ojos del nene detallaron todo el lugar, y no pudo evitar murmurar:—Es linda.Era linda, sí. Brianna resopló, y ambos caminaron hasta la puerta principal, para tocar el timbre.Esta se abrió con lentitud, y la figura de un señor espigado, no tan viejo, enfundado en un traje y corbatín, apareció ante ellos, y el ruido de una discusión inentendible se coló.—Buenos días. Usted debe ser la señora Ber
Leer más