Ocho meses después de que todo se volcara, por fin, por fin, las cosas parecían volver a su cauce.
ByteBloom se había posicionado en el mercado del software como una de las principales alternativas, y las acciones seguían subiendo mientras el personal se preparaba para incursionar en las soluciones y la investigación de Inteligencia Artificial. El convenio con el Grupo Seele estaba casi listo, y solo se trataba de ultimar detalles.
Las cosas en casa iban bien: Kane estaba usando una andadera, y ya podía dar paseos largos sin extenuarse. Él y su padre estaban asistiendo a terapia familiar una vez por semana, y las cosas parecían mejorar.
Evan seguía creciendo, y ahora era un niño mucho más activo y dicharachero. Pasar de tenerla solo a ella, a tener un padre, dos abuelas, dos abuelos, cuatro bisabuelos y tíos abuelos, y ser el preferido de todos, bueno… lo hizo más avispado.
La «florecita explosiva» crecía con buen pie y bajo la guía de sus padres y sus profesores.
¿Y Brianna?
Ella se