La vuelta de Rowan fue justo lo que esperaba. Su hijo lo odiaba, su esposa estaba molesta.
Esa tarde, como casi cada tarde desde que sucedió todo, se encontraba en casa de sus padres, con la mirada perdida en el vacío, pensando. ¿Qué podía hacer para arreglar las cosas con ellos?
Una simple conversación no serviría, tampoco detalles. Todo esto no se trataba de eso, no era tan simple.
Su madre, sentada en su sillón mientras fingía leer un libro, le lanzaba miradas esporádicas.
Ella y su esposo todavía tenían sentimientos encontrados respecto a su regreso; sin embargo, con sus otros dos hijos encarcelados… probablemente se aferraban a esta esperanza salida de la nada como lo último que les quedaba.
Evie estaba en casa, había llegado del trabajo puntual, como todos los días, pero esta vez había traído al niño desde la escuela, ya que Brianna y Kane tenían otras cosas de las que ocuparse en medio del desastre que la alta sociedad era en estos momentos.
Podía ver la salida a la casa auxili