Aunque Kane seguía de reposo, su asistencia a la fiesta era prioritaria, así que esa noche ambos se enfundaron en atuendos de gala y tomaron el deportivo del rubio para ir a la celebración.
Ya había enviado toda la información de sus pruebas e historial médico a Anthon Green, incluido todo lo del reciente accidente, así que la reunión de hoy era un primer encuentro para conocer la opinión final del doctor y saber qué camino debían seguir a partir de ahora.
No le contó todo a su madre, porque no quería ilusionarla, pero le dijo que iría por algo importante de la empresa, y al oírlo, con la esperanza de que saliera y cambiara de aires, Evie prácticamente lo empujó para que fuera con Brianna, en tanto Evan y ella, enfundados en unos curiosos kigurumis, ella de dinosaurio y él de tiburón, se quedaban para ver una serie coreana.
—¡Mamiii, soy una pidañaaa! —espetó el nene, con la capucha del tiburón puesta y riendo.
Ambos se veían felices, y Bri no pudo ignorarlo.
—Tu mamá y Evan se llevan