LARS
Mi madre fue secuestrada.
Recibí la llamada de Soren esa misma noche. Él no sonaba alterado, pues lo sabía todo a la perfección, pero podía oír de fondo el ruido de los criados y de mi propio padre, que gritaba furioso a alguien más en el teléfono.
—¿Qué está pasando ahí? —pregunté.
Estaba en casa de Ulrik, y el moreno me miraba con calma de cuando en cuando mientras manipulaba su tablet.
—Papá se volvió como loco. El chofer resultó herido y él quiere que lo maten, está… enloquecido —murmuró Soren y resopló—. Cómo sea… se respira muy mal aquí ahora.
—Voy a buscar un vuelo para salir lo antes posible. Tienes que ser fuerte —comenté con cierta ansiedad, porque sabía lo importante que era mantener las apariencias.
—Ya sé, ya sé… —Exhaló fuerte, y lo pude sentir caminando, quizá hacia la parte trasera de la casa familiar—. Elisse está rara. Está muy callada y comedida. No entiendo su comportamiento. Papá está como loco, pero ella llegó de sus compromisos como si nada. Es como si mamá