LARS
La vida después de despertar de mi segundo coma fue… interesante.
Tras pasar un tiempo hospitalizado, me dieron el alta, aunque debía seguir siendo tratado entre algodones, y tenía la persona perfecta a mi lado para eso.
Ulrik era… especial. Se tomó una licencia indefinida para cuidarme hasta que estuviera bien, alegando que era su deber porque yo era su hombre, y terminamos en la casa de mi familia.
Soren había comenzado a hacer terapia y todo parecía ir bien dentro de lo que tener a la mitad de tu familia en la cárcel y la sombra de la corrupción sobre tu cabeza podía.
Pero en los últimos días me sentía bien. Ya podía caminar, comer con normalidad, hablar, moverme, y era magnífico; sin embargo, aún no podía subir a un avión, básicamente porque mi cerebro seguía delicado y la presión podría volármelo.
A partir de ahora tendría que tomarme la vida con más calma.
Gracias papá, gracias Elisse, gracias maldito Greifen.
Era una mierda.
Esa noche salí de la habitación tras darme una d