ULRIK
Al día siguiente fui al trabajo como de costumbre, pero al final tomé rumbo a la casa de mis padres.
—Haki, Ken, ¿cómo va todo? —pregunté a mis escoltas.
Ken, como casi siempre, iba al volante, en tanto Haki se relajaba en el asiento del acompañante.
Él fue el primero en hablar.
—Los chicos que infiltramos en el grupo de Frederik van ganando confianza poco a poco, pero todavía tenemos que esperar.
—Perfecto —susurré mientras miraba por la ventana—. Sigue con eso con cautela. Kenji, ¿qué tal Almen?
—El señor Maier consiguió asegurar 2% más de las acciones de Almen esta tarde. Espera dar el golpe final cuando el momento culmen llegue; pero, como sabe, tenemos que esperar.
Solté un suspiro, porque sí, sabía que todo debía hacerse con calma para evitar imprevistos, pero me fastidiaba.
—Actualmente posee el 27% de las acciones que antes pertenecían a pequeños y medianos inversores —continuó Kenji y paró en un semáforo en rojo—. Niels aún no ha notado nada.
—Eso también va perfecto, a