ELISSE
En un segundo estaba en aquel cuartucho, y un hombre desconocido me dio un golpe que lo hizo todo negro,
Cuando desperté me encontraba en un lugar oscuro, en movimiento, pero no podía moverme. Era como si estuviera encerrada en algo pequeño, con las manos pegadas a mi cuerpo. Ni siquiera podía abrir los ojos ni gritar y, de nuevo, a los pocos segundos todo se sumió en la inconsciencia.
En mi segundo despertar ya no estaba encerrada. Me encontraba en un sitio gris y frío, tenía mucho frío.
Me levanté del suelo como pude, pero apenas dar dos pasos algo me llevó hacia atrás. Solo en ese momento contemplé mi propia desnudez, y me di cuenta de que dos grilletes me ataban a la pared.
Miré alrededor: todo era gris, sin ventanas, solo una ventilación. Al otro lado había una pantalla grande y, apenas yo moverme, esta se encendió.
De pronto, un sonido estridente me hizo llevarme las manos a los oídos, pero no cesó. Era como un chillido penetrante que me llegaba hasta la médula. Me apreté