ULRIK
Había una razón para hacer la propuesta que hice, y era la corazonada de que Astrid escondía más de lo que sabíamos; sin embargo, la verdad quizá estaba en su mente. Y sí, conocía al hombre perfecto para hacer algo con eso, pero la necesitaba «en mi posesión» para poder proceder. Necesitaba que ella decidiera por voluntad propia venir a nosotros, irse a Dinamarca, a mi territorio.
Los Greifen estaban ahí, Kristofer estaba ahí, pero no me importaba. Si cualquier Greifen se metía en mi camino, entonces los haría pagar por el peor de sus errores.
En algún momento dije que no tenía ninguna razón para querer quitarle a Almen a su dueño, pero mentí.
Quería quitarle a su mayor orgullo de las manos a Niels por una razón muy simple: venganza. Venganza no por algo tan trivial como obligar a su hijo a ocultar quién era, no… Venganza por someter a su familia, venganza por mantener a Lars en la oscuridad, venganza por conspirar contra los suyos… y contra los míos.
Era simple, y tenía la sens