ULRIK
Cuando era niño las cosas no eran tan complicadas: estudiaba, aprendía, y al recibir el reconocimiento de mis padres me esforzaba más. Me gustaba.
Los estudios, la ciencia, el trabajo, correr, disparar o matar nunca fue tan difícil como el amor. Ese era mi punto débil.
Por mucho tiempo amé a una persona que jamás podría amarme, y luego conocí a alguien a quien amé mucho más, tanto que hasta me hizo temer dejar de amar al primero. Sí… la forma en la que amaba a Lars no se parecía en nada a mis sentimientos por Tony, y eso me asustó, porque no quería dejar de quererlo.
Claro, él tenía su propia vida, sus relaciones, pero yo era el cobarde que temía perder algo que solo era suyo, unilateral y tonto.
Después de que Tony se fue me sentí muy solo. Veía a Lars muy seguido, y sabía que él me amaba tanto como yo a mí, pero ambos teníamos miedo. Él tenía miedo de volver a intentarlo, yo también. Pero, más que nada, tenía miedo de perderlo. Me aterraba perder a quien más amaba.
Porque Tony