LARS
Mi abogado me llamó a media tarde para informarme de los progresos con la revista.
Ellos señalaron de inmediato a uno de sus periodistas especializados, que no tardó en soltar la sopa al verse presionado con una amenaza, más que nada porque incluso el Doctor Gould desmintió todo eso con un comunicado en redes sociales.
En cuestión de horas la revista se vio cuestionada por todas partes en el mundo STEM y las críticas no se hicieron esperar.
La opinión pública importaba mucho en la sociedad actual, y el prestigio era mucho más importante en las publicaciones de este tipo, así que, tras abogados y llamadas, cerca de las cuatro de la tarde publicaron una nota de disculpa admitiendo su error al publicar un artículo así sin contrastar con todas las partes.
El periodista fue detenido, no sin antes delatar a quien le «proporcionó» la información. No era otro que el asistente de Malek Vitek, y estalló otra bomba.
Las redes en torno a las ciencias estaban candentes, pero no les presté muc