LARS

Antony Cook…

Esa mañana de lunes fui a la oficina del CEO sin invitación ni una razón. Solo moví los pies después de dejar algunas cosas listas en mi oficina, y llegué hasta ahí.

¿Por qué?

Necesitaba respuestas…

¿Necesitaba?

Tragué entero y suspiré. Asami no estaba en su escritorio, y Hakim y Kenji me miraban curiosos desde sus posiciones, lo que me ponía hasta un poco más nervioso, pero me armé de valor y llamé.

Fueron tres toques, y con cada uno sentí que se me aceleraba el corazón.

¿Por qué? No tenía sentido.

—Adelante —escuché su voz desde el otro lado.

Puse la mano en el pomo y lo sentí frío. Un escalofrío se regó por mi cuerpo, y abrí despacio.

Cuando me vio, la duda invadió su semblante, y con toda la razón. Él estaba en el sofá de su recibidor, y su secretaria al parecer le daba las minutas del día. Ella me miró extrañada y luego al moreno.

—Buenos días —saludé lo más sereno que pude, mire a la asistente y luego al jefe y me aclaré la garganta—. Doctor Jantzen, ¿podemos h