ULRIK
El tiempo me había enseñado que para sobrevivir en un mundo tan cruel era necesario construir una coraza y fingir ante todos que todo siempre estaba bien. Solía ser así frente a todo el mundo, pero había algunas personas que veían a través de eso, a mi verdadero yo, y también era una mierda.
Cuando caminaba de regreso al salón, encontré a Dominik recostado en el antepecho. Él seguía mi camino con la mirada y un semblante sereno, pero sabía que había mucho más detrás de eso.
De pronto, mientras subía las escaleras, lo vi dirigirse a Paul, Kenji y Hakim, que estaban cerca, a la espera, y se me acercó.
—Dale la llave de tu auto a Kenji —dijo, y lo miré con curiosidad.
—¿Por qué?
—Vamos a pasear un rato en mi auto.
—No quiero pasear. —Tiré la vista a un lado.
—Pues vamos a tu casa entonces. —Se encogió de hombros como si nada, le dio la llave de su auto a Paul y ordenó—. Vayan a casa, me quedaré con este señor. —Se terció a mi brazo, dio la vuelta y empezamos a bajar las escaleras.