LARS
—¿Dominik?
El nombre salió de mi boca como una pregunta antes de que me diera cuenta, y aquel tipo me sonrió. Tras él aparecieron dos más, y tragué entero.
¿Estos eran los amigos a los que Ulrik se refería?
¿De verdad estábamos a salvo ahora?
Pero…
—Till está herido —dije enseguida y él frunció el ceño y se acercó—. Tiene un disparo en la espalda, en el cuadrante inferior izquierdo. Está de espaldas para hacer presión, pero no sé cuánto pueda aguantar así.
—Hay que darle primeros auxilios. —Dominik empezó a quitarse los guantes que llevaba, y luego de eso le dio algunas palmaditas en la cara a Ulrik, que reaccionó tras unos segundos—. Bello Durmiente, despierta. Tenemos que hacerte unos parches antes de ir a casa.
Una risita suave resonó.
—Estúpido, llegas tarde.
—Tu querido Vidar no es adivino. Aunque llegamos a unos kilómetros de aquí por nuestra cuenta. Le debes una buena, te buscó hasta debajo de las piedras. Esos tipos no son malos.
—Vaya…
—Siéntate, vamos, hay que curarte e