MELISA.
Me quedo junto a la mesa, sintiendo la tensión que ha traído Kostas consigo. La pregunta de Nick sigue latiendo en mi cabeza: ¿protección o pertenencia?
Kostas toma asiento en su silla principal, justo detrás de la taza de café que preparé. Nick se sienta a un lado. Los dos me miran, y sé que la reunión ha comenzado.
—La entrega salió bien —dice Kostas, tomando un sorbo del café y asintiendo con aprobación.
Siento un pinchazo de orgullo por el café, pero mi mente se enfoca de inmediato en la información.
—¿"Salió bien" qué quiere decir? —pregunto, usando la misma frase que lo había enfurecido en el baño, pero ahora con un tono tranquilo.
Kostas no se molesta. Sabe que esta es la dinámica que acordamos.
—Quiere decir que el cargamento llegó normal al punto —explica, su mirada es fría y calculadora—. Los Mancine no interfirieron, ni tampoco se detectó movimiento de otras facciones en las rutas. Y lo más importante: al parecer Herodes no nos está traicionando. Aún.
Miro a Nick, q