Demian llegó y Tessa tuvo que marcharse.
Demian observó a Liliana, ella parecía estar muy pensativa.
—¿Estás bien?
Ella asintió.
—Quisiera que habláramos, te parece si podemos hablar despues de la cena, por favor —dijo Liliana
Él mirò sus ojos, asintió muy despacio.
Amanda los escuchó, deambuló por el salón contiguo.
«No deben hablar, ella lo convencerá de volver, ahora sé que la m*****a Liliana no es una aparecida, es su esposa, es la mujer que él tanto amaba, por la que se embriagaba y sufría, ¡qué suerte tuvo! Pero, acabaré con su m*****a suerte, debo impedir que se reconcilien», pensó
Amanda fue hasta su habitación, buscó varias medicinas, en su botiquín, eran varias pastillas.
—Si ella está embarazada sé que tomar estas medicinas acabaran con ese problema, luego veré la forma en que Demian se olvide de ella para siempre —sentenció.
La mujer trituró las pastillas, sin importar que fueran varios medicamentos diferentes, luego los metió en una bolsa de plástico, lo guardó e