Mundo ficciónIniciar sesiónBill asintió con una sonrisa fugaz, distante. Era obvio que estaba allí para ejecutar órdenes, no para socializar.
—Aquí está el teléfono que pediste —le dijo a Sal, tendiéndole una caja todavía sellada con cintas de seguridad.
Sal me señaló con un breve cabeceo y Bill me entregó la caja antes de volver a enfrentar a su jefe.
—Necesito que hagas dos cosas —dijo Sal sin preámbulos, con su mejor tono de CEO todopoderoso—. Dar de baja inmediatamente el número anterior de Vera. Cierra la línea y bloquea el IMEI de este móvil. Necesito la confirmación de que no queda ningún rastro digital para que esa terminal pueda rastrear esta nueva línea o la ubicación de Vera, ni su billetera digital. Quiero un muro.
—Sí, señor —respondió Bill, tecleando con velocidad en su table







