Mundo ficciónIniciar sesiónLa reunión con Lou no fue una simple charla con un abogado. Fue una sesión de tortura legal, diseñada para demoler mi relato antes de que el defensor de Dylan pudiera siquiera abrir la boca.
No fue fácil. Desde el momento en que Sal me dejó a solas con él en la salita contigua a su oficina, el aire se puso denso. Sal se había marchado para hacer la situación más sencilla, para que Lou pudiera ser lo suficientemente incisivo sin la presión de un testigo. Pero para mí no había nada sencillo. El nudo en mi garganta se formó apenas Sal cerró la puerta, y en varios momentos estuve a punto de llorar, obligándome a mirar mi puño cerrado sobre mis rodillas, aferrándome a la tela de mi pantalón para no ceder.
Lou me interrogaría como lo haría el defensor de Dylan sobre lo que pasó la noche que Dylan me atacó. No buscaba consol







