Más tarde tendría oportunidad de apreciar detalles, como el tenue resplandor de las luces que se encendieron en la sala apenas entré. En ese momento, sólo podía pensar en acostarme y tratar de dormir. El hombro y el brazo me estaban matando, y había empezado a dolerme el costado de la cara. El resto de mi cuerpo se sentía frío y pesado, y cada vez me resultaba más difícil pensar con claridad.

Imaginé que el dormitorio estaría en la planta alta. Las luces de la sala se atenuaron hasta apagarse al tiempo que las de la escalera se encendían a una intensidad baja cuando comencé a subir.

El dormitorio estaba a la derecha, una habitación amplia, amoblada en un estilo rústico pero moderno. Las luces se encendieron al mínimo como las demás apenas entré. Crucé hacia la cama sin molestarme por mirar a mi alrededor y me desmoroné all&i