Mundo ficciónIniciar sesiónTenía miedo de volver a dormir, pero estaba agotada, así que me busqué un podcast de más de una hora, cosa que el sueño, si llegaba, me encontrara distraída.
Y así fue, por suerte.
Dylan pasó la noche en el estudio. Me despertó al venir a acostarse y vi que ya era de día tras las cortinas cerradas. Opté por hacerme la dormida, y detesté que mi cuerpo se tensara instintivamente al sentirlo correrse para acercarse más a mí. Permanecí inmóvil cuando su mano corrió por mi espalda, demorándose en mis glúteos como solía.
Pronto se tendía a medias sobre mí y pasaba un brazo por mi cintura. Creí que se dormiría, pero un momento después deslizó una pierna entre las mías, empujándolas a que se separaran. Me escabullí bajo él y me levanté de un salto.
—¿Qué pasa, amor? —preguntó con voz pastosa, los ojos entrecerrados para protegerlos del brillo ya que tocaba la ventana.
—Pasa que no quiero que vuelvas a tocarme sin mi consentimiento —gruñí, rodeando la cama







