Mundo de ficçãoIniciar sessão—¡Amor! ¿Te sientes bien?
La exclamación de Dylan me hizo darme cuenta que había entrado a casa, aunque no había registrado que me hubiera bajado del Uber, entrado al edificio, usado el elevador. Mierda, mi cerebro seguía hecho un desastre.
—Creo que tomé demasiado café —murmuré.
Ésa era una buena excusa. ¿Cuándo se me había ocurrido?
—Ve a acostarte. Te llevaré la cena en cinco minutos.
Y eran aquéllas actitudes las que me hacían amarlo.
—No te preocupes. Comer me hará sentir peor.
Dylan vino a pararse frente a mí y sostuvo mi cara entre sus manos, estudiándome con expresión preocupada.
—Intenta dormir, amor. Yo te cuidaré —dijo, atajando mi bolsa cuando me la quité.
—Buena idea —murmuré—. Gracias.
<






