La única vez que escuche de un lugar de este tipo, fue en mis preciados 12 años cuando vi por primera vez a mamá y papá discutir.
Precisamente por la gran razón de que mi padre tuvo la osadía de venir a un lugar de esta clase, por dinero no fue ya que papá llegó hasta con el doble del dinero con el que se fue y lo gastamos en comer algo rico al día siguiente y un vestido nuevo para la furiosa mujer que no tardó mucho en superar su enojó.
Por lo demás, solo a mis casi 22 años es que logró volver a escuchar de esto y claro, entrar a uno por primera vez.
—¿Primera vez que estás en uno?
—En toda mi vida, sí.
—Vaya... ¿Quieres que mande a algunos hombres a buscar a tu esposo? —Me quede boquiabierta, conocer que está hombre escucho que hice mención a un esposo a los de afuera me alarmó, ya que Moros no es una opción para que me venga a buscar.
—¡No! —Mis manos se movieron por simple inercia, deseando que el anciano olvide la mención de ese supuesto amor en mi vida. —¿Podría quedarme un ra