Tomo el atrevimiento de decir que la mujer más dichosa del mundo, soy yo.
Ya que no creo que exista una mujer que goce con momentos tan perfectos como este aparte, donde la luna brilla con mucha más fuerza en medio de la oscura noche y las estrellas bailan al compás de cada uno de nuestros pasos.
Pasos suaves y delicados acompañados de traviesas caricias en mi mano como solo otra muestra más de cariño, insignificante en comparación a todo lo que sería capaz de hacer Moros por mi solo para demostrar ese gran amor que habita en su corazón por mi.
Soy para el, lo que fue la hermosa Psique para el dios Eros, ese dios del amor pasional que se enamoró de la belleza de esa mortal y a pesar de las pruebas y obstáculos, con perseverancia lograron inmortalizar su amor para la eternidad.
Soy esa musa que inspira y siempre viaja por sus pensamientos, ese pastel del que el siempre quiere comer.
Tengo toda la razón al pensar y decir que soy una mujer llena de dicha, ya que es muy difícil encontrar