Pan de chocolate.
Puede sonar sorprendente, pero con mis vastas cualidades culinarias y siendo poseedora de unas manos capaces de preparar hasta los postres más difíciles, al final decidí preparar mi postre favorito de toda la vida.
Pan de chocolate.
Suave por dentro, crujiente al ser tostado por el calor del horno.
Dulce, con espeso relleno de chocolate.
Estando caliente, se ve aún más apetitoso.
La última vez que lo probé fue a mis 40, cuando un doctor me regaño diciendo que moriría joven si seguía comiendo mal.
Por un lado, sonaba alentador, al fin lograría estar junto a mi amado después de 20 años y tanto de espera.
Pero al recordar que tenía una hija que aún dependía de mí, eliminé por completo esa posibilidad y comencé a cuidar de mi misma solo para seguir junto a ella.
Hoy finalmente me vuelvo a dar el gustó, recordando a la perfección mis días de juventud y como Moros siempre me regalaban pan de chocolate para que yo comiera.
Me senté en la mesa, mirando