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Carlo:

Dos semanas después

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Transcurrieron dos semanas después de lo que pasó con Mika, nos fuimos de Rusia al día siguiente que le dieron el alta, supimos que Emma le dió una golpiza a Anastasia porque ella había llegado con moretones en la cara y rasguños, Mika rió y se enojó por qué había ofendido a Emma, pero después dejó el tema así.

Emma cuidaba de Mika por las tardes cuando salía de la universidad, venía si no tenía trabajos que hacer así que cuando eso sucedía, yo cuidaba de Mika, que para mí, fue una tortura, cuidar a ese hombre es un martirio, aún no entendía cómo es que Emma cuidaba de el y le tenía paciencia.

Al menos ya terminó su recuperación y ya está trabajando en la universidad de nuevo, Axel en la pastelería y yo con mi padre.

Hoy estaba decidido a hablar con el sobre mi relación con Emma, había alargado el asunto porque estaba cuidando de Mika y trabajando a la vez, mi mente no estaba en un solo sitio, así que hoy era el día, tenía que hacerlo porque no puedo seguir ocultando a Emma de mi padre, solo espero que lo tome con calma.

—Papá ¿Podemos hablar?

Dejó lo que estaba haciendo en la oficina, hoy era temprano y aún no abríamos.

—Claro hijo, te escucho.

Me senté frente a el y tomé aire, era ahora o nunca.

—Quería decirte papá, que tengo novia.

El sonrió, eso me hizo sentir aún más nervioso.

—¿En serio? —asentí— ¿Por que no me lo dijiste antes? ¿Cuánto tiempo llevan juntos? ¿Quien es?

Bien, tengo que hacerlo.

—Ya tengo con ella casi dos meses, escúchame papá.. Porque esto es importante, desde que la conocí mi mundo ha cambiado drásticamente —el frunció el ceño—, somos unidos, ella es dulce, una gran chica, es honesta y... Ha pasado por unas cuantas cosas y aún así no ha cambiado su forma de ser, quiero que sepas que la amo, la amo con mi vida y... Digas lo que digas, no me separaré de ella.

—Habla de una vez Carlo ¿Quien es esa muchacha?

—Es Emma, la novia de Mikael. 

Su rostro cambió por completo, palideció un momento y después se recargó de la silla.

—¿Cómo que la novia de Mikael? Acaso... Ella ¿Está siendo infiel? Porqué si es así Carlo quiero que te alejes de ella, no puedo creer que le hagas eso a Mikael ¡El es tu amigo! —exclamó.

—No papá, las cosas no son como lo estás pensando.. —fruncí las cejas—, Mikael sabe que ella es mi novia.

—No estoy entendiendo nada Carlo.

—Escucha papá, nosotros tenemos una relación polígama con Emma, ella está conmigo, con Mikael y.. Con Axel.

Dió un golpe fuerte en la mesa y se levantó molesto.

—¡Esto es increíble! —alzó la voz— ¿Que clase de broma es esta Carlo? Esto es increíble en serio ¿Cómo puedes tener una relación así? Eso no está bien ¿Que dirán de ti? ¡Dios mío! Tu no puedes continuar con ese circo, es que.. no lo creo Carlo, Mika y Axel ¿Con ella? ¿Que clase de chica es?

—Un momento papá —me levanté— ¿Cómo que que clase de chica es? Ella es la mejor de las chicas, es honesta, hermosa y es una chica increíble, ella es todo lo que necesito, por qué la amo.

—¡¿Cómo puedes amarla?! ¿Cómo puedes amar a una mujer que está con dos hombres más? Explícame..

—Papá es algo que simplemente se dió, la amo, simplemente la amo y ella me hace feliz.. —suspiré—, no sabría cómo explicar nuestra relación, pero... Es algo que nos gusta a los cuatro, compartimos con ella sin celos de por medio, paseamos con ella, hablamos y sobretodo ella nos ha demostrado a los tres que nos quiere por igual.

—No puedo aceptar ésta relación Carlo —negó—, esto va más allá de mis creencias, llámame anticuado si quieres, pero esto no lo voy a aceptar... Me daría asco verte con esa muchacha y saber que está con tus dos amigos, no me pidas que lo acepte porque no lo haré.

Sus palabras me dolieron, pero no voy a renunciar a Emma.

—Lo entiendo papá, pero no voy a dejarla —negué—, porque la amo, La amo con todo mi corazón y el tener una relación así, no me molesta o avergüenza, porque a mí parecer, no estamos haciendo nada malo.

Su rostro se desfiguró por la rabia, mi padre es un hombre a la antigua y a veces es un tanto machista, cosa que ha tratado de mejorar, sabía que está sería su reacción, no voy a desistir, la amo y voy a estar con ella.

—Dime algo Carlo —se acercó a mi—, ¿Que podrías ofrecerle a esa chica?

—¿A qué te refieres papá?

Soltó un suspiro —La he visto hijo, he visto las ropas que usa, lo delicada que es, apuesto que es de una familia con dinero ¿No es así? —asentí—, ahí está la respuesta, seguramente es una chica que está acostumbrada a tenerlo todo, dime ¿Que podrías darle si trabajas en una pizzería?

Eso me dolió mucho.

—Te equivocas papá —negué—, Emma no es así, ella es una chica sencilla y a ella jamás le ha molestado que yo trabaje en una pizzería, jamás se ha avergonzado de mi.

—¿Eso es lo que crees hijo? ¿Estás seguro de ello?

—Muy seguro papá, ella me ha demostrado que me quiere y que es una chica distinta a las demás.

—Lo dices ahora que no ha sacado a la luz su cara verdadera.

—Basta papá, no hables de Emma cómo si ya la conocieras —dije serio.

—¡Porqué conozco a las mujeres así! —caminaba de un lado a otro—, primero te engatusan, te hacen sacar dinero de dónde no tienes para los lujos a los que está acostumbrada, después te abandona por un hombre mil veces más rico que tú.

—¡No compares a Emma con esa mujer! —le alcé la voz— Ella jamás será como la mujer que nos abandonó.

—¡Eso no lo sabes Carlo! —se alteró aún más—, pero dime ¿Que podrías ofrecerle? —rió sin gracia—, si eres un mísero pizzero, no tienes un apartamento propio, vives arrimado con Mikael, no trabajas en una carrera ¡No tienes nada! Cuando esa chica se canse de ti, te dejará por Mikael o Axel, porque ellos si tienen que ofrecerle a esa muchacha.

No podía creer lo que estaba escuchando, me creía un fracasado, cree que por trabajar aquí no podría estar con Emma.

—Lamento tanto que haya tenido que dejar mi carrera para trabajar aquí y ayudarte, lamento no ser como ser como Mikael o Axel, lo siento... —negué—. Siempre te he apoyado en todo papá, me pediste que no ejerciera mi carrera porque necesitabas a alguien aquí y lo hice, dejé mi vida a un lado por estar contigo papá, me enfrasque en esta pizzería y tú —lo señalé—, jamás me has agradecido por estar a tu lado, cuando ella se fue, me hice cargo teniendo diecisiete años ¡Tenía diecisiete años papá! Por qué tú te habías hundido en el alcohol, lo hice por dos malditos años en los que solo me tocaba estudiar, trabajar y hacerme cargo de mi hermana, yo papá, jamás te reproche eso porqué te entendía, ahora.. que por fin tengo a alguien que me quiere de verdad y no le importa quien sea ¿Me dices esto? —reí sin gracia—, gracias por llamarme fracasado.

No lo dejé hablar y salí de la pizzería, me encontré a mi hermana en el camino y la ignore por completo, me subí a mi motocicleta y conduje hasta donde sea que quería ir.

Fui un niño feliz, mi familia era feliz o al menos eso pensaba, cuando Martha nació todo se vino abajo, pero solo para ellos, yo era el más feliz porque tendría una hermana, pero ellos estaban teniendo más y más problemas.

Papá me dijo que conoció a mi madre en una fiesta hace muchísimos años, el se enamoró de ella, me decía que era la más hermosa del mundo, pero ambos eran de mundos diferentes, ella era de familia rica y el era solo un simple trabajador. Estuvieron juntos y de ahí nací yo, sus padres la hecharon De casa y papá la recibió con todo el amor del mundo, vivieron en algo pequeño hasta que con esfuerzo el abrió la pizzería en Sicilia, todo iba bien, hasta que nació mi hermana, ella no quería seguir cuidando niños, yo ya para ese entonces era un adolescente, mamá dejo de ser cariñosa para empezar a gritarnos y molestarse por todo, yo creía que era por qué había dado a luz y se sentía mal, papá la cuidó y yo lo ayudaba en mis tiempos libres en la secundaria.

Ella siempre le gritaba a papá que buscara más dinero, que odiaba vivir arriba de una pizzería llena de miseria, que no podía comprarse más vestidos caros o joyas, las discusiones de siempre eran por dinero, hasta que una noche un hombre con un auto lujoso vino por ella. No le importó las súplicas de mi padre para que se quedara, yo solo observaba como el se arrodillaba en llanto que no lo dejara mientras que yo solo tenía a mi hermana en mis brazos, esa fue la última vez que la ví, ella solo le dijo a mi padre:

"Jamás podrás darme la vida que merezco"

Y sin mas salió de nuestras vidas, mi padre se deprimió y todo lo rompía, se hundió en el alcohol y a mi me tocó trabajar en la pizzería en las tardes después de llegar de la secundaria, trabajaba ahí dentro junto con mi hermana, a quien tenía que cuidar por estar muy pequeña, tuve solo un poco de ayuda de algunos compañeros y a veces las ventas no eran muchas que no podía pagarles, pero era tanta la lastima que me tenían que trabajan gratis solo para ayudarme, así lo hice por casi dos años, trabajé, luché, me frustre y lloré, pero fui fuerte por ellos, porqué sabía que papá era un buen hombre, el daba todo por nosotros pero lamentablemente, ella le falló.

Hice mi carrera en diseño gráfico, pero no ejercí porque el me pidió ayuda y no me negué en hacerlo, por eso cuando decidió salír de Sicilia y venir hasta acá, me pareció la mejor decisión que haya tomado, lo apoye hasta ahora y jamás me queje por ello, pero ahora... Que quiero ser feliz, que soy feliz por estar con Emma, me haga sentir de esa forma, que me haga sentir que no puedo darle una buena vida a Emma con mi trabajo.

Yo sé que Emma no es así, ella me la ha demostrado, pero oír esas palabras salir de mi padre, me dolió mucho.

Estacione la motocicleta y entré al bar, era la primera vez que entraba en un bar desde que llegué a Chicago, quería tomar para despejarme un poco y no pensar en las palabras de mi padre. El chico me sirvió el trago y le pagué.

—Gracias.

Lo tomé de golpe y le pedí otro.

—Oye, tranquilo guapo —rió—, tómalo con calma, es primera vez que te veo ¿Primera vez en un bar gay?

Abrí los ojos sorprendido, miré a mi alrededor y efectivamente estaba en un bar gay, no me fijé en el cartel de afuera.

—Lo siento, me equivoqué de bar —me recargué en la barra—, pero no soy Gay.

—Entiendo, si no eres gay y solo vienes a tomar, por favor no armes alboroto o maltrates a los clientes, otras veces vienen heteros a este lugar solo para molestar y hacer comentarios homofóbicos.

—Oh no —negué—, no soy de esos, no soy homofóbico, así que puedes estar tranquilo, solo quiero tomar un poco y olvidar algunas cosas.

—Perfecto entonces —extendió su mano— soy Barry, soy uno de los dueños y seré tu barman está tarde-noche.

—Carlo —estrechamos las manos.

—Muy bien Carlo, te puedo ofrecer una margarita, mi esposo William las hace de maravilla.

—¿Estás casado? —asintió— eres muy joven, lo siento, estoy siendo entrometido.

—Para nada —le restó importancia—, tengo a penas dos años de casado con el, juntos abrimos este bar hace unos tres o cuatro años más o menos.

Jamás había tenido una conversación tan agradable con un homosexual, con los pocos que se me han cruzado han Sido un poco irrespetuosos conmigo, pero este chico Larry, es agradable y Siempre tiene un tema de conversación

Tomé y tomé hasta que se hizo de noche, no sabía cuántos tragos había tomado, pero lo que se, es que este sitio es agradable y tranquilo.

—Carlo, ya debes parar, estás muy borracho.

—¡No! —negué—, aún me queda mucho por tomar.. Vamos Barry, sírveme otro trago, que sea doble.

—Son las diez y estás muy borracho, William llama a un taxi para que se vaya.

—Barry ¿A dónde irá? No sabemos dónde vive.

—Pueden dejarme con Emma, mi novia —reí—, ésta es su dirección.

No sé cómo hice pero les di la dirección de Emma, ellos llamaron al taxi y William se subió conmigo mientras que Barry manejaba la motocicleta hasta el departamento de Emma, ya eran casi las once de la noche y ellos cerraban hoy temprano.

Ya en el edificio le indique a William dónde ir y me llevó hasta la puerta del departamento de Emma, justo detrás venía Barry, William tocó la puerta varias veces y poco después salió Mika sin camisa medio dormido.

—¿Que haces aquí? —pregunté— eres un maldito tramposo, aprovechas un solo momento para estar con Emma.

—¿Que mierdas Carlo? —me llevó adentro— mira como estás, estuve llamándote toda la tarde.

—Disculpa, pero tenemos que irnos, solo lo trajimos por qué estaba Muy borracho —escuché a William—, estas son las llaves de su motocicleta.

—¡Ellos son mis nuevos amigos! —alcé la voz— ¡Son William y Barry! Chicos gracias por traerme, tenemos que seguir en contacto.

—Claro que si Carlo, bueno, nos vamos, buenas noches.

—Gracias por traerlo —Mikael estrechó las manos de ambos.

Ellos se fueron y Mikael cerró la puerta, caminó hasta mi y posó sus manos en su cintura, hacia eso cuando estaba molesto.

—Carlo, estábamos llamándote todo el día, mírate.

—Déjame en paz —murmuré—, idiota.

—Mikael ¿Quien era? —escuché la voz de Axel.

—¡Genial! —aplaudí—, llegó el otro idiota, ahora sí estamos los tres completos.

—Carlo, hueles a alcohol desde aquí.

El estaba con el torso desnudo ¿No tiene ropa acaso?

Luego escuché la dulce voz de Emma llegar a la sala.

—Carlo mi amor —hablaba casi que dormida— ¿Por qué estás así?

La amo..

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