Capítulo 5 - Amante

-Nunca vienes a visitarnos, y cuando lo haces vienes hecho un desastre.

-Cariño- Dijo Adri suavemente- Lo golpearon, no seas tan brusca.

-Estoy seguro de que él solito se metió en problemas- Mari presionó un pedazo de algodón contra la mejilla herida de Elio con más fuerza de la necesaria.

-Ashhh- siseó el joven por el ardor.

-No te quejes- gruñó la joven, colocando una venda sobre la herida. -Listo, es la última.

-Gracias cariño, eres la mejor- Adri besó en la mejilla a su esposa y finalmente aflojó el ceño fruncido.

-¿Nos vas a decir que fue esta vez? O te lo tengo que sacar a patadas.

-¿Enserio eres mujer?- Gruñó Elio.

-Elio...- le advirtió su amigo- ¿Volviste a meterte en...?

-No.- sentenció Elio, sosteniéndose con dolor su estómago lleno de moretones- No volvi a eso...

-¿Entonces?- Mari se cruzó de brazos-

El joven suspiró derrotado, no podía mentirles a sus amigos, eran la única familia que tenía después de todo. Debía agradecer que aún soportaban su carácter ermitaño y malhumorado- Tuve una pelea.

-Eso ya podemos verlo- exclamó Mari poniendo los ojos en blanco.

-Con unos pandilleros.- Terminó.

-Lo sabía- exclamó Mari con molestia- Le habías prometido a Adri que no te meterías más con esa gente.

-No es lo que crees...

-¿Que no es? Tu cuerpo parece una obra de arte abstracto en estos momentos...

-Marie...- dijo Adri suavemente, masajeando los hombros de su esposa- ¿Por qué no dejamos que nos explique qué sucedió y luego le das una reprimenda como a tí te gusta?

Mari se sentó con molestia en una banqueta cediendo a las suaves súplicas de su marido- Bien, cuéntanos que paso.

-Jazmín.

- ¿eh?

-Así se llama...

-¿Quien? ¿De qué está hablando?- Mari miró a su esposo en búsqueda de respuestas, pero él estaba igual de confundido.

-¿Quién es Jazmín, Elio?

-Es una larga historia...

-Tenemos toda la noche.

Elio le contó a su pareja amiga cómo había conocido a Jazmín, su primer encuentro, el incidente de las alhajas, el pan y la pelea que lo dejó inconsciente por horas en el taller mecánico. Luego de eso se despertó en la oscuridad de la noche, completamente entumecido y sin rastros de los hombres por ninguna parte. Como pudo se arrastró hasta la casa de sus amigos y Mari se encargó de curar todas sus heridas por más de una hora.

-Entonces estás enamorado- sentenció Mari.

-Yo no dije eso.

-Pero lo pensaste. Vamos Elio nunca antes te escuché hablar de una mujer. Nunca hablas de tus conquistas. ¿Ella es diferente no?

Elio desvió la mirada y mordió su labio, no había querido pensar mucho en lo que realmente sentía por Jazmín. Las palabras de esos idiotas lo habían enceguecido de la ira y cuando se quiso dar cuenta los estaba enfrentando, algo suicida de su parte debía admitir.

El joven quería creer que hubiese hecho lo mismo por cualquier otra persona, pero sabía que no era así.

-Lo es... no sé cómo explicarlo, pero desde que la vi algo se activó dentro de mí y no puedo controlarlo.

-Sentí lo mismo la primera vez que vi a Marie- dijo Adri orgulloso.

-Ustedes dos son el uno para el otro- protestó Elio- Pero yo solo soy un hombre flaco y miserable. Ella es una mujer hermosa que no merece estar con alguien como yo.

-¿Y si merece estar con ese idiota?- protestó Mari con las mejillas enrojecidas- Por lo que me cuentas es un perfecto idiota y no veo porque...

-Está embarazada.

Los tres adultos quedaron en silencio sin saber qué decir ante el pequeño detalle que Elio había obviado en su historia. La tensión de la sala se rompió por unos pequeños pasos que se acercaron hacia ellos.

-¡Tío Elio!- gritó un niño que saltó directamente hacia el joven.

Elio agarró en brazos a Benja, el hijo mayor de la pareja- Hola pequeño Benji- dijo sonriente, tragándose el dolor de su cuerpo maltratado- Woww, has crecido ¿Que te dan de comer en casa?- Bromeó.

-¡Tío Edio!- gritó otro niño más pequeño que no pudo saltar sobre su tío y se aferró a su pierna. Elio se hubiese caído de bruces al suelo de no ser porque estaba sentado.

-Hola Thiago- sonrió el joven, alzando con su mano libre al otro niño sobre su regazo.

-Edio- repitió y sonrió de forma cuadrada.- ¿Que te pasó en la cala?- balbuceó el pequeño de tres años.

-¿Tuviste una pelea tío?- preguntó Benja de 6 años con los ojos brillando de la emoción- ¿Ganaste?

-Nada de peleas- exclamó Mari- El tío se cayó.

-¡Tío tonto!- rió Thiago pataleando divertido.

Mari observó con preocupación a su esposo. No tuvieron que decir nada en voz alta para entender que ambos estaban preocupados por su amigo. Ellos sabían que meterse con una peligrosa pandilla era una muy mala idea, y más todavía estar enamorado de la mujer del líder que encima estaba embarazada. Mari suspiró derrotada, sabiendo que no podían hablar de eso con los niños despiertos- Voy a preparar la cena.

-Yo te ayudo cariño.

-No Adri, te quiero lejos de la cocina.

Adri obedeció a su esposa y se sentó al lado de su amigo, observando cómo escuchaba con atención las habladurías de los dos niños- Buenos muchachotes, ¿Por qué no ayudan a mamá con la cena? Les prometo que después les compro helado.

-¡yAYY!- Gritaron con euforia y se bajaron de un salto del regazo de Elio. Adri los vio irse corriendo hacia la cocina y luego se giró hacia su amigo.

-Amigo...

-Ya lo sé Adri, fue una locura.

-Ellos casi te matan- gruñó cerrando los puños con fuerza.- Son muy peligrosos y sabes que siempre andan en manada.

-No voy a hacer nada Adri. Solo fue un impulso, nada más. No creo volver a verlos.

Esas palabras lo hicieron llorar por dentro, porque aún tenía esperanzas en que esa mujer fuera suya-

-Sabes Elio... creo que esta fue una señal para que dejes ese mugrero de taller y hagas algo con tu jodida vida. - Dijo seriamente- Le hice escuchar a mi jefe el demo y ¿Sabes que? Le gustó. Creo que me va a ascender a productor...

-Bien por tí.

-No entiendes... sé que tienes un gran talento, eres mejor que yo. ¿Por qué no vienes a trabajar conmigo? Deberías desempolvar esos viejos temas y...

-Ya te lo dije mil veces Adri- suspiró pesadamente- Eso fue cosa del pasado.

-¿A qué le tienes miedo?

-A nada- exclamó con amargura- No te preocupes por mí, tú tienes a tu familia y es bueno que asciendas.

-Tu eres parte de esta familia y quiero verte bien, Mari también lo piensa aunque se enoje mucho.

Elio bajó la mirada hacia el suelo, incapaz de enfrentar a su amigo.

-No voy a insistirte más. Pero creo que deberías volver a la música, te va a hacer bien, amigo. Sabes que las puertas de la productora siempre van a estar abiertas para tí. Tan solo piensalo ¿Si?.

---

Jazmín se encontraba preparando la cena para todo un batallón. Desde que se habían mudado a la nueva casa le habían asignado preparar la comida para toda la pandilla. Le llevaba horas, casi toda la tarde hacer una comida variada y bien nutritiva.

La joven gimió de cansancio, sentía sus pies hinchados y adoloridos por estar tanto tiempo parada con el peso extra de su panza. Pero no podía sentarse a descansar, faltaba poco para que bajara el sol y que su esposo volviera a casa, a él no le gustaba esperar para cenar, siempre comía rápido y luego volvía a irse para sus trabajos nocturnos que prefería no saber.

De repente, escuchó risas estruendosas entrando a la casa. Su espalda se erizó, odiaba estar sola sin su esposo mientras los demás rondaban por la casa. Siempre la miraban desde lejos de forma inquietante, Jazmín habría jurado que sus miradas estaban cargadas de lujuria.

-¡Qué golpe le diste!

-Pero mira este...-dijo otro

-Maldito idiota- Gruñó otro- casi me saca la mandíbula de lugar.

Los jóvenes entraron a la cocina y tomaron cervezas de la heladera, sin darse cuenta de que la joven estaba allí. Hasta que uno de ellos la vio- Hola linda. ¿Falta mucho para la cena?

-N-No... - dijo con la voz temblorosa.

-¿Por qué no se lo muestras?- exclamó uno de los jóvenes.

-No lo sé...- Dudó.

-Oh vamos, es divertido.

Los jóvenes alentaron al que tenía el celular y finalmente cedió- Está bien.

Jazmín retrocedió asustada al ver al adolescente que medía casi dos metros acercarse a ella más de lo debido. – Tranquila linda no voy a comerte- Se burló- Solo quiero que veas esto.

Sin que la joven tuviera tiempo de negarse, el joven le puso la pantalla del móvil en la cara.

Su estómago se revolvió y sus rodillas amenazaron con doblarse cuando vio a Elio Cruz tirado en el suelo escupiendo sangre de su boca luego de que el joven adolescente le diera una patada en el labio. Luego, otro de ellos pateó su estómago y una lluvia de patadas lo terminó por dejar inconciente.- Dios mio...- Jazmín se cubrió la boca y sintió ganas de vomitar ahí mismo- ¿L-lo mataron?- preguntó con los labios temblorosos.

-¿Qué sucede? ¿Te preocupa tu amante?

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