-¡Bájame!- Chilló Jazmín mientras era arrastrada fuera de la habitación sobre el hombro del hombre.
Adriel la ignoró, más concentrado en salir de allí y vigilar a los hombres que estaban ocupando el largo pasillo. Ninguno de ellos los detuvo en su huida, pero aún así no podía confiar ciegamente a que no lo atacaran por la espalda. Fox ya los había traicionado una vez, podía hacerlo dos.
-¡Que me bajes!-
No esperaba que la joven hundiera toda su dentadura en su hombro. Su cuerpo recibió una descarga de dolor que lo detuvo de golpe y lo hizo encorvarse hacia adelante, la herida en su cabeza no ayudó a soportar la mordida y mantenerse estabilizado.
Jazmín aprovechó que se acercó más al suelo para forcejear y finalmente caer sentada, rebotando sobre su trasero. Dispuesta a volver a la habitación y rescatar a Elio, dio media vuelta, pero no pudo avanzar ni centímetro cuando fue agarrada con fuerza del brazo. Frustrada, se volteó hacia atrás para seguir protestando, pero el rostro de Adriel