-¡Siii! ¡Apa se queda en casa!- Exclamó Thiago saltando al regazo de su padre.

Adri sostuvo a su hijo de la cintura para que no se cayera al suelo de cabeza y lo alzó en lo alto simulando que era un avión, haciéndolo girar y reír con fuerza.

-¿Si papi? ¿Te vas a quedar en casa?- preguntó su hijo mayor con los ojos llenos de ilusión.

El hombre bajó con cuidado a su hijo menor y se arrodilló a la altura de Benji- Papi tiene que resolver unas cositas primero. Pero sí, voy a tomarme unas mini vacaciones- dijo revolviendo el cabello del niño. – Le hacen caso a mamá y a la niñera mientras no estoy ¿Está bien? Sean buenos, bebés.

-¡Está bien!- gritaron en coro, inflando su pecho con orgullo, aunque el hombre sabía que la obediencia les iba a durar tan solo unas horas, especialmente Thiago, que siempre buscaba una manera nueva de hacer enojar a su mamá.

El problema en realidad no era que le hiciera berrinches a Meri, sino la niñera que habían contratado y que no tardaba en llegar. Luego de un