— No entiendo — comenté un poco asustada — . Es extraño, nunca nos había pasado esto. Hemos trabajado con Cristian muchas veces, con muchos clientes, y nunca habíamos desertado de esta forma. Incluso, hace poco el señor Nicolás salió de aquí y hablamos con él. No entendemos qué pasó.
— Cuéntenme qué fue lo que pasó — les dije.
Abrí un poco más la puerta para darles entrada y dos de los guardaespaldas entraron a la casa muy descendentemente; ni siquiera quisieron tomar asiento cuando yo les dije que se sentaran en el mueble. Voltearon a mirar a Samuel, pero yo asentí hacia él.
— Pueden confiar en él, pueden decir lo que tengan que decir frente a él.
— Bueno, resulta que el señor Cristian siempre ha tenido sospechas de su primo lejano Valentín. Para nadie es un secreto que el hombre tiene poder, y es su misión proteger completamente a sus clientes, así dependa de investigar a sus propios familiares. Eso hizo anoche: salió con uno de nuestros compañeros y no regresó. Intentamos comu